Tony Takezaki es uno de los máximos representantes del Cyberpunk dentro del manga, además de un autor muy dado a salpicar sus viñetas con abundantes litros de sangre, escenas subidas de tono y una pizca de Body horror. Genocyber es una de tantas series de las que apenas pudimos disfrutar, y toca hablar de ella.
Siempre he dicho, y siempre lo mantendré, que Genocyber vendría a ser algo así como el Blade Runner que filmaría Brian Yuzna. El motivo es bien sencillo: Recuerda en cierto modo al terror que este último retrató en Resonator (mediante su guión, ya que no la dirigió), adjuntándole una ambientación futurista y muy tecnológica (en la honda de la película de Scott).
En Genocyber se nos cuenta como cierta mega-corporación se entromete en el proyecto científico de un aventajado estudioso, que busca la forma de integrar el subconsciente humano dentro de una máquina.
Para sus pruebas utiliza a una de sus hijas gemelas, llegando hasta un extremo en el que casi consigue acabar con su vida. En ese momento es cuando decide apartarse del experimento, pero uno de sus ayudantes pone la información sobre el mismo en manos de quien no debe.
Esta corporación le obliga (secuestrándole a él y a su familia) a continuar con el experimento en su última fase, y aunque intenta restarle mérito (vendiéndoles otro proyecto militar de gran calibre), su loco ayudante se emperra en seguir adelante, logrando que una de las hijas se convierta en un monstruo...
Por desgracia, esto es lo poco que pudimos disfrutar en castellano de la obra escrita, publicada por Planeta DeAgostini Comics en 1994. Se trataba de una miniserie de tres números, con los que supongo que la editorial probó suerte. Al no venderse en las cantidades esperadas no se interesó en continuarla de forma alguna.
Para añadirle más tristeza al asunto, Genocyber fue una de las películas que se suponía incluiría el Pack Cyberpunk (o Cyberpunk Collection), que tampoco llegó jamás a nuestras tierras, aunque hay que decir que aquí tampoco estaba la obra completa.
El drama: tras esos comienzos, que sí pudimos catar, la obra se convierte en una mezcla asombrosa entre terror de calidad, SciFi y mística.
La hija que sufre los daños (con la que se experimenta) se convierte en un ser terrorífico e incapaz de cesar en la destrucción de todo lo que la rodea, y su hermana (con la que compartía un vínculo especial) adquiere parte de sus nuevas dotes.
Ambas se enfrentan cara cara (tras ciertos sucesos previos) y terminan casi por destruirse, aunque gana la "expiremental", quien casi acaba con la otra tras un sangriento enfrentamiento.
A partir de aquí, ambas deciden sufrir una fusión que las convierte en una entidad tan maligna y peligrosa que la humanidad las declara la guerra... se han convertido en un dios, en uno al que algunos temen y otros veneran: Genocyber.
Todo esto acompañado por decapitaciones, explosiones de cráneos, quebrantamientos varios, desmembramientos y destrucción a tutiplén. Es una obra brutal, sin duda, y la serie de animación respetó en gran medida su tono explícito (es considerada como una de las series más gore del cine de animación nipón).
Al ser complicado poder entender los comics originales, es recomendable buscar los capítulos animados de la serie, que se pueden encontrar con subtítulos en castellano. La pega de esto: no se respeta ese futuro a lo Blade Runner que se deja ver más en los mangas, aunque el resto es muy respetuoso.
Su argumento es extraño en algunos momentos, e insólito en otros, pero merece la pena por su radicalidad y por algunos sucesos realmente épicos.
Supongo que debieran verlos los adictos al terror y a la serie B, porque insisto en que hay mucho de Yuzna en esta obra. Sin ir más lejos, y volviendo a Resonator (From Beyond), se utiliza un terror conceptual tan desagradable como el de ese film, y al igual que en este todo parte de un experimento que se va de las manos. No comparten temática, ni ambientación, pero son muy similares en sus formas grotescas llegados ciertos momentos.
No es perfecta, ni la obra escrita ni la serie, pero creo que es un producto muy interesante y radical, y las maneras de Takezaki siempre nos regalan algo chulo. Me gusta más que A.D, y también que Bubblegum, aunque son obras muy distintas. Esta es de terror puro, con mucha acción de por medio, pero de terror (y de horror) al fin y al cabo.
Un punto que me encanta, y que comparte con Urotsukidoji, es que la acción no se conforma con darse en el presente, y en ciertos capítulos la historia viaja hasta 100 años hacia el futuro (Genocyber, como ya os he dicho, se convierte en un dios).
La trama es mucho más compleja de lo que yo os voy a relatar, pero mi intención no es destriparla, sino animaros a verla/leerla. (Por buscar otra comparación orientativa, y esta vez también en forma de cómic, es similar en muchos aspectos a The Guyver, serie que, curiosamente, se lanzó tras finalizar Genocyber).
Para terminar, os dejo con su sello y con algunos clips muy interesantes de la serie. No perdáis el tiempo e id a verla. Ya!
