MODERN ART

Reiner Knizia lanzaba, allá por inicios de los noventa (1992), el juego de subastas que terminaría por convertirse en el modelo a seguir y en todo un clásico que, tras casi 30 años después de haber sido diseñado, no ha dejado de re-editarse y de aumentar en popularidad.

Y es que "El Doctor", por aquellos tiempos (entre principios de los 90 y de los 2000) se convirtió en uno de los desarrolladores de juegos de mesa más inquietos e innovadores del panorama, creando auténticas obras maestras y aportando mecánicas y variantes dignas de ser elogiadas.

En esta categoría en concreto (la de los juegos de subastas), Knizia puede considerarse el número 1, gracias a creaciones tan estupendas y diferentes como High Society, Medici, Strozzi o el título que nos ocupa.

En líneas generales, Modern Art tiende a ser reconocido como el más redondo de todos, debido a que incorpora una diversidad de tipos de subastas que lo hacen único y, posiblemente, más completo que el resto.

Entremos en detalles: los jugadores (de 2 a 5) reciben un número determinado de cartas, categorizadas según el artista que ha creado la pintura que aparece en ellas. Estas cartas, aunque las tengamos en nuestras manos, son el mercado. Es decir, lo que va a ponerse en subasta para todos los pujadores/jugadores en mesa.

En cada turno, el jugador activo elige una carta de su mano, inicia una puja y el que más ofrezca se la queda, pasando a formar parte de la colección de ese jugador (cada jugador representa a una galería de arte que busca conformar la mejor de las colecciones).

Pero existen varios detalles aun no explicados: En primer lugar, existen cinco tipos de pujas diferentes (cada carta cuenta con un icono que nos indica qué tipo de puja debemos llevar a cabo).

- Puja abierta: la más típica, ya que el jugador activo baja una carta y se da una subasta clásica entre todos los jugadores, ganando el que más puje por ella (si gana el jugador activo, se lo paga a la banca, y si gana cualquiera de los otros, se lo pagan al jugador activo).

- Puja ciega: los jugadores cogen la cantidad de dinero que crean apropiada, la ponen en su mano y cierran el puño, sin que nadie sepa cuanto van a pujar. Cuando todos han puesto el puño cerrado sobre la mesa, abren la mano y el que tenga la oferta más alta, se queda la obra.

- Puja a una sola vuelta: Similar a la puja abierta, solo que con una sola puja por persona. El jugador a la izquierda del jugador activo (recordemos que el jugador activo es el que subasta la obra) ofrece una cantidad, que puede ser superada por los siguientes pujadores, hasta llegar de nuevo al subastador, que tiene la última palabra. Si nadie pujase, el jugador activo se lleva la obra de gratis.

- Puja con precio cerrado: El jugador activo fija un precio para la subasta, y si nadie lo acepta se ve forzado a tener que pagarlo él (si os fijáis, los diferentes tipos de puja inyectan factores psicológicos a tener en cuenta. No es sólo mecánico, el juego es brillante por este tipo de aspectos añadidos).

- Subasta doble: Se añade a esta carta otra del mismo autor (y ahora entenderéis la importancia de esto, esperad un poco), si el subastador no tiene una segunda obra de este, la debe añadir otro jugador, quien se hará cargo de la subasta. Como es lógico, esta subasta hace que los precios se disparen si hay interés alguno en ese autor.

Explicados ya estos modos, toca centrarse en el otro punto definitorio: Existe un tablero con espacio para mostrar a los cinco artistas cuyos cuadros se subastan, y cada uno tiene un marcador de rondas (4 rondas).

Cuando el quinto cuadro de un artista sale a subasta (no hace falta subastarlo, con ponerlo sobre la mesa es suficiente), se acaba la ronda actual, y en este tablero se puntúa la nueva valoración de cada artista: el que más cuadros tenga subastados, recibe un plus de 30.000 monedas, el segundo 20.000 y el tercero 10.000... y diréis ¿y esto para qué?

Pues es sencillo, a partir de ahora, ese artista (sus cuadros) nos otorgarán ese valor al finalizar la ronda, por lo que la importancia de pujar por autores solicitados es de suma importancia. Además, en cada ronda puede seguir revalorizándose el autor.

Como en este juego gana quien más dinero suma al final de la cuarta ronda, es importante conseguir autores de alto valor.

Cada tipo de puja tiene su aquel, el mercado funciona como un reloj, tenemos la posibilidad de forzar un fin de ronda para que nadie sume mayoría sobre nosotros y el factor psicológico y la picardía se suman a las mecánicas en todo momento.

Es sencillo de entender, pero cada partida pone en juego cientos de pequeños matices a tener en cuenta. Knizia es un auténtico maestro en hacer mucho valiéndose de muy poco, y Modern Art es buena muestra de ello.

Mi recomendación es intentar hacerse con la versión que lanzó en 2017 Cool Mini or not, por el sencillo motivo de que se siente realmente moderna (con autores actuales y un acabado más pop que en el resto de versiones del juego). Existen multitud de ediciones diferentes, pero en conjunto esta me parece la más acertada.

Por otro lado, introduce un "modo bot" para dos jugadores en adelante, que me parece de los mejores que se han integrado en juego alguno: en cada puja, se añade una carta de un mazo perteneciente al bot (como si ya se hubiese subastado y la ganase él), proporcionando mayor aleatoriedad al poder cambiar el autor más vendido sin que dependa de los jugadores. Este bot es recomendable incluso a 3 y 4 jugadores.
La magia de estos títulos se da cuando se juega con el máximo de participantes, pero es cierto que con esta variante es posible divertirse a dobles.

Un juego para todos los públicos que no solo me parece bueno, o un clásico: ES UNA OBRA MAESTRA.